lunes, 22 de noviembre de 2010

los perdidos

y quienes somos sino los otros? los que cruzamos la calle por la esquina y no necesitamos anteojos para ver el sol. no sabemos lo que es el miedo y jugamos aunque nos digan que ya somos grandes para soñar. acá estamos nosotros, los que comemos golosinas de colores y nos reimos porque estamos vivos, porque nos gustan esas cosas que nadie entiende.

viernes, 19 de noviembre de 2010

te quiero




"Te quiero desde que empecé a conocerte; desde que supe qué te hacía feliz y qué te ponía triste.
Te quiero porque tú también sabes quién soy yo y eso me llena de paz.
Te quiero porque puedo darte lo que necesitas y me siento capaz de hacerte sonreír.
No conozco todas tus hojas, pero sé dónde tienes tus raíces y ya he probado la dulzura de tus frutas.
Te quiero porque estoy seguro de que me quieres.
Siempre me lo dices, siempre te lo digo.
Al amor le gustan las palabras...
"





Pipo Pescador - Libro de Cabecera

lunes, 8 de noviembre de 2010

y además vos sos el sol

llueve y estás en cada gota, salgo a la calle a llenarme de vos, el viento lleva tu magia, te siento y me rio aunque no estés, porque sé que te reís también aunque no entendés por qué, aunque no te imaginás que acá del otro lado estoy bajo la lluvia porque tiene tus colores, porque trae tu olor, porque sos el aire, y yo te respiro.

lunes, 25 de octubre de 2010

Go to the mirror / Smash the mirror

A medida que se acercaban se miraron por unos instantes, ella con ojos vacíos, él lleno de cansancio. Mientras tomaba asiento y un poco obligada por las circunstancias, se imaginó la escena vista desde afuera. Le pareció que debía verse ridícula, como si formara parte de un cuadro surrealista. Él la veía inmóvil, con la mente viajando quién sabe a dónde, el pelo recogido casi por casualidad, los labios entreabiertos y deliciosos y esa cara de incompatibilidad con el contexto. Le pareció que estaba más linda que nunca.
Cuando estuvo todo listo ella sintió otra vez que las circunstancias le imponían ciertas reglas tácitas a su comportamiento, la obligación de hablar fue mayor que las ganas de decir algo.
Mirándolo apenas a través del grueso vidrio y con el pulso firme de todo corazón destrozado, levantó el auricular. Él al otro lado hacía lo mismo, con las manos forzadas a permanecer juntas, como alguna vez habían estado las suyas y las de ella.
Así estaban los dos ahora, unidos en esta especie de espejo roto, dos reflejos distintos moviendose a la par por última vez, dos dimensiones envueltas en una habitación sin ventanas y sin futuro, un mismo camino bifurcándose y el olor espeso de la despedida en el aire.
Ya no voy a volver, le dijo sin tristeza, pero sabiendo que esa voz no era la suya. Sin esperar respuesta y sin siquiera colgar el comunicador se levantó e intentó no darse cuenta cómo la miraba ni cuántas veces sus puños se agitaron contra el vidrio.
Caminó hasta la puerta de salida y comprendió que era ella la que caminaba hacia el patíbulo, era ella la que iba de vuelta a esa celda oscura y húmeda, a esa otra vida que le había tocado. Se detuvo con la mano en el picaporte sintiendo que estaba por salirse de la ruta de una vez y para siempre, no más rotondas, no más retomar y volver a andar, era cuestión de llegar a destino. Miró por sobre su hombro y lo vio sentado todavía, con ambas manos aferrando ese absurdo teléfono y los ojos empapados fijos en ella, suplicantes pero ciegos, llenos de un amor inmenso por una persona que ya no existía, por un corazón que había dejado de latir.
Volvió a observar su mano pálida en la puerta, bastaba sólo hacer una mínima fuerza y girar... a lo lejos escuchaba los golpes desesperados que retomaban contra el vidrio, hacía falta dar media vuelta y un par de pasos... en su cabeza, la última palabra se debatía irrevocablemente mientras intentaba imaginarse cuál de las dos muertes sería peor.

martes, 12 de octubre de 2010

love is like a rainbow

pasan las cuadras, los autos, los semáforos verdes, amarillos y rojos, pasan los minutos y el cielo se hace naranja, quiero pintarme las uñas de infinitos colores y que tener tu mano entre las mías sea como tener el sol entre dos arcoiris, encontrar el tesoro en el camino y no al final, que llueva con sol, que los colores brillen para los dos.

martes, 21 de septiembre de 2010

crazy train



cruzo la calle apurada sin esperar el semáforo, corriendo apenas por detrás de un taxi, sigo unos metros más pero ya escucho la campanita y me freno junto a la barrera.
se escucha a lo lejos el sonido de las vías, del gigante que se acerca con rugidos de alerta. con el pulso a mil por el apuro en vano y la sensación de estar desperdiciando 5 valiosos minutos de mi vida, me dispongo a cederle paso a ese gran chucu-chú repleto de gente que viaja toda junta y toda revuelta, hacia un mismo destino pero con destinos diferentes.
ruido a acero imparable sobre ruedas, cada vez más cerca y se me vienen a la mente los versos de esa canción..

Hay días para quedarse a mirar

increíble mi suerte, atrapada entre lo inevitable y el bad timing, formando parte de ambos mundos pero estando bien afuera de ambos, con el espectáculo del sol que sube de a poco, y una sonrisa por que sí..

hay días en que hay poco para ver

muy poco para ver, realmente, parada ahí por arte de magia, la campanita indicando sutilmente que debo detener mi agenda por 5 minutos para ser el target de cientos de ojos que me ven desde la ventanilla pero que quién sabe si realmente me miran..

hay días sospechosamente light

se acerca sin prisa, entre tantos rieles desiertos como un intruso en el paisaje que comienza a ganar terreno. nadie más espera conmigo, ningún auto fundamenta la barrera, nadie llama a mi celular exigiendo excusas, ¿por qué tardás tanto?, casi con recelo canto los versos en mi mente.. sospechosamente light, sin imprevistos..

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

se acerca sigiloso y pasa frente a mi en un remolino de metal caliente y pañuelos agitados por el viento, una mirada tras otra y otra, tan veloz que parece no moverse... y entonces sucede, el viento sobre la cara y el remolino es en mi cabeza: imágenes, perfumes, el sabor dulce del reencuentro platónico..

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

y lo deseo con toda el alma, aprieto los ojos y esa bocanada tibia hace volar algunas lágrimas

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

no te vayas..

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

tantas veces me escapé bajo tierra del paso a nivel, el paso a este otro mundo, y sin embargo ahora..

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

que nunca le falte nada..

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

chucu-chú, chucu-chú, los ojos mojados y un frío repentino

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

no me olvides..

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

chucu-chú, chucu-chú, el tren, el corazón.

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

que se cure..

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

chucu-chú, chucu-chú, cada vez más lejos

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

no te mueras..

hay un deseo que pido siempre que pasa un tren

chucu-chú, chucu-chú, y soy yo la que se va también

sábado, 11 de septiembre de 2010

péndulo





Estar bien, estar mal, no estar, todo es igual. Eventualmente se pasa de lo uno a lo otro, como en un juego. Cuando nada nos hace bien, lo que nos hace mal resulta una triste tentación, para saber que el corazón sigue latiendo, aunque no se escuche, aunque no tenga ganas. Nos aferramos, casi por instinto, casi por capricho, y comenzamos a caminar en la cuerda floja. Nos balanceamos lentamente, estar bien, estar mal, no estar, peligrosamente, estar bien, estar mal, no estar. Todo es lo mismo y seguimos caminando, cada vez más lejos de donde empezamos, miramos atrás y es tan borroso que nos asusta. Miramos adelante y lo que nos hace mal está ahí, ofreciéndonos la mano. La tomamos sin dudar y concientes de estar jugando con el doble filo. Sentimos la electricidad inmediata, nos llenamos de ese frío inevitable. Pero estamos vivos, eso es seguro, los latidos no mienten. Nos avisan que hay peligro, que no bajemos la guardia. Avanzamos más y la cuerda baila bajo nuestros pies, a un lado y a otro. Estar bien, estar mal. A un lado y al otro, estar bien, estar mal.

viernes, 3 de septiembre de 2010

máscara

Sonreís, y el miedo queda por detrás. Es tan fácil. Cerrar los ojos y verte, sonreír para seguir viviendo. Por la calle son tantos los ojos y te convencés que ninguno como ésos que alguna vez fueron tuyos. Sabés que es absurdo, y aun así sonreís porque nada te asusta más que mostrarte vulnerable.

viernes, 20 de agosto de 2010

sin título III

hoy es un día para cerrar la puerta y dejarte del otro lado, para que no me veas, para olvidar las máscaras y contar las flores del jardín de otro, cerrar los ojos e imaginar que las ventanas dan al mar, que es verano y todavía no te moriste, para evitar esas palabras pesadas, para quitarle a estos dedos los nudos de la razón.

sábado, 14 de agosto de 2010

contraste de fases

No soy esa que me ve desde el espejo, pero casi. Es mío el reflejo, pero no logra engañarme. Hay alguien más queriendo entrar en la foto, sin pedir permiso pero esperando su oportunidad. Mis contradicciones, mis sinsentidos, son su campo de batalla. Mira a través de mis ojos y se entremezcla con mis miedos como planta venenosa.
Cuando dudo soy ella, ese pequeño monstruo, cuando me cierro es ella la que muestra los dientes. Es la tormenta, pero también el aire fresco. Dos cargas opuestas que no pueden sino atraerse, dos caras de una misma moneda que no pueden más que darse la espalda.
Si presto atención puedo reconocerme debajo de ese escudo de piel, detrás de esos ojos cautos y esa lengua filosa. La risa, el roce, la chispa de locura, sepultados del otro lado de esa máscara que usa mi nombre, mi cuerpo y que dice ser yo. No nos entendemos y en el fondo somos la misma cosa, la misma esencia. Un mismo ser, dividido.

martes, 10 de agosto de 2010

hit the road, Jack



te esperé porque veía el mundo en tus ojos, el mundo de tu cabeza que amenazaba con envolverme, a su manera, a su tiempo. entendí que no podía apurarte, que tu libertad está precisamente en tus ganas de encerrarte en vos mismo y me encantó sabernos tan parecidos en nuestras diferencias. elegí seguir el mundo que querías, no el que inventaban tus ojos porque ya no me veían, no como antes, lo veía en mi mente, soñaba tu mundo y vos no me veías, pero ahí estabas, estábamos, juntos en el sueño pero nunca mirándonos, en un mundo que no era compartido y que se iba con sólo abrir los ojos.
de tanto no-mirarme me olvidé un poco, tu cabeza se volvió opaca, no brillabas para nadie, ni siquiera para vos, eras como un sol desperdiciado.
dejé de mirarte y fue lo mismo, igual de libre estando igual de encerrado, compartiendo tu mundo con todos pero tu cabeza opaca intocable, tu jaula. y no me animé a animarme, a avanzar hasta sentir la presión de tus límites, hacer ceder la cerradura, porque mis ganas no eran tus ganas y en tu mundo no existía lugar para mi libertad que no es jaula, que no es cabeza opaca intocable, mi sol que es estrella y es para todos.
y ya no te espero porque el tiempo es tirano y hoy, para mi, esperarte es no llegar. esperarte es no llegar nunca a ningún lado, y yo ya estoy cansada del camino.

viernes, 6 de agosto de 2010

epílogo

Tenía el maquillaje corrido, el pelo desordenado y esa actitud de mujer fatal un tanto desgastada. Estaba sentada en el piso la primera vez que la vio, con las piernas enroscadas como la serpiente que pretendía ser. Creía que el dolor era bajar de un atado a tres puchos por día o cortarse con papel. Se miraba las uñas descoloridas casi por hacer algo y no fue hasta que levantó la vista que él se dio cuenta que tenía la cara cruzada por una gran cicatriz. Trató con todo de no mirarla fijo y fracasó rotundamente. Ella le devolvió unos ojos sin ganas por detrás de los mechones de pelo rojizo, al tiempo que encendía un cigarrillo y le ofrecía una pitada. Aceptó sin saber por qué y sintió el sabor dulce que le había dejado al filtro, como una pequeña invitación. Se lo devolvió y recibió a cambio una ligera electricidad cuando sus dedos se rozaron. Mientras se sentaba, el frío palier se opacaba por la niebla y por la noche que se abría paso. El silencio era el marco ideal para ese ir y venir de soledades, del cigarrillo de boca en boca, del pasillo desierto y el humo formando remolinos entre los dos, franqueando ese abismo que entraba en los pocos centímetros que los separaban. Podrían haber pasado horas o tan sólo unos minutos, podría haberle hablado, preguntarle cómo se llamaba, cuál era su flor favorita, qué canciones la hacían llorar. Nada de eso importaba, su nombre, su historia, eran tan irrelevantes como esa cicatriz, detalles que le habrían interesado a cualquier espectador.
Fumaba pensando en la manera de irse, pero con cada bocanada comprendía que iba a permanecer ahí indefinidamente, junto a ella que no le hablaba, que lo atraía con la fuerza tácita de un imán delicioso, reduciéndolo a ser un pequeño y simple alfiler, a su lado irresistiblemente. Imaginaba cómo sería su voz entre esos labios… No, no necesitaba preguntas, le alcanzaba con contemplar a esa criatura adorable de ojos castaños y creer que bien podrían haber pasado horas, sabiendo en verdad que había pasado toda su vida.

jueves, 5 de agosto de 2010

a momentary lapse of reason

Cansado, busca en su bolsillo. Encuentra las llaves, las usa, las devuelve a su lugar. Piensa en prender las luces pero desiste, no hay nada que ver ni nadie que lo vea llegar. Se descalza. En el suelo, los restos de una despedida apresurada, los pedacitos de su vida, inmóviles. Se dirige al baño, deja correr el agua, se detiene en el espejo. Trata de recordar de qué color eran esos ojos que apenas lo miran. Se enjuaga la cara, quizás un intento por refrescar la memoria, probablemente sólo un capricho de la rutina. Vuelve al espejo, más borroso, pero igualmente vacío. Tras una ducha rápida abre la heladera, la observa, la cierra. No sabe si tiene hambre, todo le sabe amargo.
Se refugia en el fondo del sillón, en las páginas de un libro ya leído. Lo hojea, lo devuelve a la biblioteca. Mira una película pero no logra seguir el ritmo de los subtítulos; los protagonistas le parecen previsibles, bien podrían ser él y ella, jugando a ser otros, a actuar un papel estúpido. La historia termina y el final feliz se le antoja ridículo. Cambia mecánicamente los canales sin detenerse en ninguno, hasta que se aburre. Vuelve a la heladera, pero entonces recuerda que ya no come y cierra otra vez la puerta. Maldita costumbre. Se le ocurre servirse un vaso de agua, pero tampoco. Nada sirve, él no sirve.
Los ojos oscilan sucesivamente entre la puerta y el teléfono, es consciente de que es inútil, es consciente de que es inevitable. Quisiera perder esa consciencia, acostarse, dormir sin soñar con su risa, despertar ayer.
Por la ventana entran voces ajenas, pero escucha algunas propias también, ecos, recuerdos, pensamientos. Se siente aturdido y no alcanza con cerrar las cortinas. Se siente solo y no alcanzan tantas voces para quitarle la nostalgia. No entiende en qué momento torció el rumbo, no entiende por qué no puede remediarlo. El cerebro adormecido y los ojos irritados le recuerdan sus errores, su triste vulnerabilidad. Se siente caer y sabe que no tiene aquellos brazos que lo salvaron tantas veces. Nada le importa, está decidido a corregirse, a cualquier precio, a cualquier resultado.
Descuelga el auricular y marca 8 cifras de memoria. Del otro lado, el tono de llamada, monótono, la nada, el mundo entero.

domingo, 1 de agosto de 2010

(Nice Dream)

Es raro cómo en los sueños parece que vemos las cosas desde afuera, pero nuestra posición nunca es clara, no somos algo corpóreo sino más bien una especie de nebulosa, observamos todo y desde cualquier ángulo, conocemos personas aunque sus caras no sean familiares, sabemos lo que piensan y no dicen y si dicen realmente lo que piensan, sentimos a través de ellos, vivimos en ellos, son marionetas y nosotros los titiriteros que disponemos de sus hilos cuando le cerramos la puerta a la consciencia.
Para nosotros y a los fines prácticos, las personas existen en tanto tengamos de ellas algún recuerdo; en el sueño las inventamos, las creamos a nuestro gusto porque cuando nos despertamos no podemos revivirlas, ahí reside nuestra pequeña y sutil venganza, en ser los dueños absolutos, directores de orquesta que construyen sinfonías con notas inventadas porque la escala no es lo suficientemente amplia para nosotros, porque siempre queremos más.
El sueño es nuestro egoísmo en su más pura esencia, hacemos y deshacemos, quebramos reglas, voluntades, en el sueño deseamos a la mujer del prójimo, mentimos, robamos, matamos con la sangre más fría de todas.
En los sueños jugamos a ser Dios.

martes, 20 de julio de 2010

pienso, luego existo?

¿si no puedo escribir no puedo estar bien, entonces no soy yo? ¿así es la relación, una ecuación en la cual sólo se resta? pero entonces, ¿quién soy? pensemos. quién soy en este momento. es una pregunta excelente, y como tal no encaja en ninguna respuesta de molde. si tengo el cerebro repleto pero la ventana por donde sale la locura está tapiada, ¿cómo filtra? porque es seguro que lo hace de alguna manera, aunque saberlo quizás no tenga ningún sentido. quizás seguir intentando presionar tecla tras tecla y sentir cómo se resisten sea lo que no tiene ningun sentido, después de todo ¿qué derecho tengo a obligarlas a hacer mi voluntad y formar estas palabras tan diluidas? al final se resume en la misma pregunta, quién soy si estas letras no quieren estar de mi lado, quién soy si no puedo escribir, si escribir me define y no escribiendo sigo existiendo, cómo justificar entonces que limpie mi consciencia de nubes haciendo algo que rápidamente puedo dejar de hacer, que se me escapa entre los dedos como los rayos de sol que atraviesan una cortina pesada. cómo justificar esta necesidad de justificarlo todo, de encuadrar cada pensamiento para organizar las cosas inorganizables de mi vida, producto del rechazo de las estructuras y una inevitable espontaneidad. entonces, tal vez, quizás, escribir no sea una manifestación obligada de millones de neuronas saturadas, un hobby, un placer ni simplemente algo que me sale. pero entonces, quien soy? ¿quien soy si no significa nada?

viernes, 16 de julio de 2010

parte II: cumpleaños feliz

Amanece casi sin querer y ve su arcoiris. Al fin descubre el camino que la lleva hasta el tesoro y todo empieza a cobrar sentido, encajando tan limpiamente como las partes de un rompecabezas. Busca en el primer cajón, se ve a si misma reflejada en el metal, sus ojos azules pálidos, ajenos, la boca fruncida en una mueca inescrutable. Cierra los ojos para volver a su sendero de colores, y entonces lo comprende al fin, la última pieza ocupa su lugar y la imagen está completa. Basta presionar tan sólo un poco y la piel cede, pero debe ir más profundo si quiere realmente vengarse. Un movimiento preciso, una pequeña burbuja y un plan perfectamente ejecutado. Desliza la hoja y al contacto con la piel la siente deliciosamente helada. Le parece irreal no haberse dado cuenta antes que esa era la forma más exquisita de arruinarle la vida de una vez y para siempre. Matarse para matarla, sonríe ante la sola idea, era a la vez tan trágico y tan brillante. No podía darle la satisfacción de seguir dominando su creación, tampoco ensuciarse las manos con sangre de su sangre. Por supuesto que no, sería demasiado fácil. No, su madre tenía que vivir. Debía caminar por este mundo hasta el último de sus días deseando haberse ido, sabiendo que habían sido sus propias uñas las que rasgaron aquella piel tan parecida a la suya.
El pulso acelera bajo el filo de su arcoiris mientras espera verla cruzar el umbral, queriendo que llegue, que la mire a la cara y aún así no pueda evitarlo. Ansía encontrar ese miedo, ver el instinto en esos ojos ahí donde siempre hubo nada. No puede contener las risas histéricas, el sudor frío, la emoción de estar preparándole una sorpresa que nunca hubiera imaginado. La puerta se abre y la sangre sale al encuentro de ese gesto confuso y ese grito ahogado que le roba una última sonrisa. La ve acercarse llena de horror, intentando traerla de vuelta a donde no pertenece. Quizás haya algo de ternura en la forma en que sostiene su cuerpo cada vez más débil. Quizás no haya tiempo de saberlo, quizás sea uno de esos regalos que no se pueden devolver.

miércoles, 14 de julio de 2010

parte I: close to the edge

Sentada en la cama con la cabeza agachada y los ojos apretados, espera que los gritos cesen y se anima a alzar la mirada. De pie a su lado, con la cara desencajada y de un rojo brillante, siente cómo la observa con mezcla de rabia y asco. Sin levantarse, se limita a tartamudear excusas torpes en su defensa y a disculparse absurdamente a la par que comienza otra ronda de insultos. La tormenta abandona la habitación con un fuerte portazo, otra gotea desde sus pestañas, bañando la alfombra.
Todos los días había algo, lo que fuera, el mínimo detalle provocaba un estallido. Con el tiempo había aprendido a controlarse, a no oponer resistencia y sobretodo a evitar los descuidos para ahorrarse las consecuencias, pero parecía nunca ser suficiente, cada vez era algo que había olvidado, un cabo suelto, una mecha lista para ser encendida.
Se seca la cara con una toalla y cepilla su largo pelo rubio las veces necesarias hasta que tiene el valor de salir por la puerta, decidida a enfrentarse al huracán en persona. Cuando lo hace, se siente menos heroica y más pequeña, no tiene palabras y opta como siempre por callar y obedecer, mañana será otro día y con suerte verá un poco el sol antes del temporal.
A la mañana siguiente y como es costumbre, todo se repite. Mira al suelo, espera que todo pase, espera olvidar para poder seguir, pensando que algún día va a poder irse de ahí, sabiendo que ese día está lejos y esa vida no es la suya. Se encierra en su cuarto y la lluvia en la habitación de al lado le empapa los oídos, lo poco que vale, lo mucho que le debe, lo poco que se esfuerza, lo mucho que le falta para ser alguien. Ser alguien… y ella que estaba segura de ser quien era. No entiende, no entiende nada y tampoco tiene ganas de entender, no tiene ganas de mirarla a la cara y enumerarle sus muchos errores. Es absurdo y a la vez inútil oponerse, imposible herirla sin herirse. Como una calle sin salida, como un laberinto del que no puede salir, cómo podría escaparse de quien le diera la vida, no había solución.
Se resigna por momentos y empieza a hilvanar sus excusas para formar un paraguas, pero el agua siempre se filtra. Tiene ganas de tener ganas, de encontrar su voz y hacerse oír aunque empeore las cosas. Ya no quiere vivir al límite, deseando escaparse, soñando despertar...

martes, 13 de julio de 2010

the man in black



Well, you wonder why i always dress in black,
why you never see bright colors on my back,
and why does my appearance seem to have a somber tone.
well, there's a reason for the things that i have on.
I wear the black for the poor and the beaten down,
livin' in the hopeless, hungry side of town,
i wear it for the prisoner who has long paid for his crime,
but is there because he's a victim of the times.
I wear the black for those who never read,
or listened to the words that jesus said,
about the road to happiness through love and charity,
why, you'd think he's talking straight to you and me.
Well, we're doin' mighty fine, i do suppose,
in our streak of lightnin' cars and fancy clothes,
but just so we're reminded of the ones who are held back,
up front there ought 'a be a man in black.
I wear it for the sick and lonely old,
for the reckless ones whose bad trip left them cold,
i wear the black in mournin' for the lives that could have been, each week we lose a hundred fine young men. And, i wear it for the thousands who have died, believen' that the lord was on their side, i wear it for another hundred thousand who have died, believen' that we all were on their side. Well, there's things that never will be right i know, and things need changin' everywhere you go, but 'til we start to make a move to make a few things right, you'll never see me wear a suit of white. Ah, i'd love to wear a rainbow every day, and tell the world that everything's ok, but i'll try to carry off a little darkness on my back, 'till things are brighter, i'm the man in black

sábado, 10 de julio de 2010

you may say I'm a dreamer..



imaginate por un segundo ser capaz de ver al mismo tiempo las dos caras de una moneda. imaginá que alguien camina a tu lado sin mirarte, sonriendo hacia la nada pero transmitiéndote su felicidad. imaginá tomar su mano, imaginá que está fría pero no te hace temblar. imaginate que en ese segundo sos capaz de comprenderlo todo, como en una especie de epifanía, una inexplicable sensación de estar en paz con el pasado, en sintonía con el presente y en control del futuro. imaginá también que en ese instante sos capaz de no sentir miedo, de no depender de tus limitaciones. sos vos en tu pura esencia, sos más vos que nunca y sabés perfectamente lo que querés y lo que no. ahora imaginate que salís de ese ensueño, que te despertás con la mente ardiendo de ganas de empezar a cambiar tu realidad, de dejar de ser la cara detrás de las máscaras. imaginá entender exactamente qué necesitás; extender los dedos y encontrar esa mano, imaginate que es suave y cálida pero aún así temblás, como una llama encendida contra el viento. ahora imaginá que dejás de imaginarlo, imaginá que querés que sea verdad. it's easy if you try.

miércoles, 7 de julio de 2010

7/7

Qué suerte que llueve, porque no puedo llorar.
Y hoy está lloviendo aunque nadie se de cuenta, porque hoy era tu cumpleaños.

martes, 6 de julio de 2010

how to disappear completely



vuelvo nuevamente tras días de intentos infructuosos de unir palabras para obtener una oración decente. vuelvo a forzar la tinta electrónica para no abandonar el ejercicio exasperante de escribir lo que tengo en la cabeza pretendiendo conceptualizar la locura y moldearla en letras. vuelvo a quitarme el peso de una mente sobrecargada y una sangre helada porque sí, decodificando la frecuencia de un corazón racionalizado. vuelvo a pensar en lo que no debo, vuelvo a verte donde no estás o a estar donde no te veo. vuelvo porque no puedo irme para siempre. vuelvo porque no te extraño, porque sé que es horrible, porque sé que no puedo, porque pienso demasiado, porque hablo porque sí, porque no significás nada y merezco que me odies. vuelvo porque no me odiás y no lo entiendo. vuelvo porque no puedo irme para siempre, porque los que se fueron ya no están y el tiempo corre lo mismo, todo se olvida, vos me vas a olvidar también, vas a olvidar que fuiste nadie, vas a olvidar todo lo que pretendías y que nunca fui, voy a olvidar que no sos suficiente, voy a olvidarme de odiarte y vas a volver. a estar adonde pueda verte, a ser nadie, a exigirme, a caer ante el mismo obstáculo. voy a volver a irme, a congelarme, a saber que no puedo, que no te merezco, que no soy suficiente, que sos nadie porque hablo demasiado, porque pienso porque sí.

domingo, 27 de junio de 2010

esquivando charcos



llueve, por la ventana veo caer las gotas. casi ajenas, como si el vidrio fuera un límite impenetrable de la atemporalidad. la lluvia que está ahora cae igual que la de otros días pero el agua no es la misma. la miro llover y lloverse con más fuerza de a ratos, me distraigo, la vuelvo a ver y ya no es ella la única que cambió. se hace más oscuro el cielo, el vidrio se empaña en los bordes de siempre, hace frío, el viento sopla torpe entre tantos edificios, como buscando algo entre la multitud, como buscarte bajo la cortina de agua que inunda las calles, dejando vaporcito de aliento tibio en cada rincón, gritando tu nombre por encima del ruido de millones de clavadistas, cediéndole finalmente lugar al desencuentro. volver a la ventana, a mirar desde afuera, del otro lado de esa línea, esa frontera que me separa, de este lado de la lluvia y de aquel lado del reloj, sin vos, empapada, fuera de tiempo.

miércoles, 23 de junio de 2010

ilusos

Te sentás como un idiota a esperar que todo cambie, que suene el teléfono y escuches su voz, que vibre tu celular y sean sus palabras. Esperás que te perdone sin saber que una vez que te equivocás, el error ya no te pertenece, y no sirve disculparse por algo que ya no podés controlar.
Esperás y esperás por algo que ya sabés cómo termina porque ya lo viviste, porque nunca nadie se molestó en decirte que de los errores jamás se aprende, que sí se puede tropezar dos veces con la misma piedra porque el camino nunca es el mismo.
Esperás seguir andando y al mirar sobre tu hombro ver lo que conquistaste, pero las batallas no siempre se ganan, y dar marcha atrás no es una opción. Entonces salís de la ruta y esperás a un costado.
Por no tener el valor de aceptar la derrota te convencés que mirar adelante es la salida fácil y que como tal no tenés que tomarla, y a cambio te torturás inútilmente revolviéndote la herida. Si te dieras cuenta que mirando adelante te enfrentás a lo desconocido y que eso es infinitamente más aterrador que ver el paisaje desde afuera, verías que en eso no hay nada de fácil, ni de salida. Por el contrario, es una puerta abierta, un cambio de paradigma, un entorno que crece y que espera que vos hagas lo mismo. Pero tenés miedo, estás lleno de culpa y preferís seguir marchitando tus días a cambio de una respuesta, ahogándote en lágrimas en lugar de nadar, viviendo un rejunte de veces y creyendo que esa es tu vida.

domingo, 20 de junio de 2010

a simple twist of fate

Se llama Martina y está cruzando la avenida para entrar en el edificio de la esquina, el de la puerta negra con el enrejado de puntas doradas. A mitad de camino, se agacha para levantar una pulsera que ve tirada en el asfalto.
Una cuadra más allá, Pablo espera en el banco para pagar las expensas cuando le suena el celular, y con bronca se va de la fila para atender el llamado en la vereda.
Saliendo del jardín, Andrea corre por la cortadita bajo la mirada de su abuela, quien rezagada unos metros más atrás viene gritándole que frene en la esquina.
Gastón estaciona el auto en una callecita, quiere bajar un minuto a comprarle a su novia los chocolates que tanto le gustan.
Guillermo intenta doblar la esquina mientras tironea de la correa de su perro, que insiste en ladrarle al chico distraído que habla por celular frente al cajero automático.
Pablo termina la llamada y levanta la mano para intentar agarrar el hilo y atrapar el globo que viene subiendo la calle, arrastrado por el viento.
Guillermo se queda sin fuerzas para sostener la correa y su perro corre libre hacia el cruce de la avenida.
Martina recoge la pulsera y se apura para alcanzar a su dueña, una señora que viene caminando ligero delante de ella.
Andrea avanza a saltos por la callecita cada vez más rápido, intentando alcanzar al globo volador mientras su abuela le grita cada vez más en serio.
Gastón pierde las llaves debajo del asiento, se agacha para recuperarlas mientras con la otra mano busca la palanca que abre la puerta del auto.
Martina está por alcanzar a la señora para frenarla, Andrea corre al encuentro de una puerta que se está por abrir, Pablo puede ver el perro que se le acerca y dejar el hilo escapar entre sus dedos.
Martina acelera el paso y el zapato se queja, partiéndose el taco en dos. Andrea ve su globo caer en manos de un señor y detiene su carrera. El semáforo cambia y el tránsito de la avenida avanza, el perro se asusta con los bocinazos y vuelve a Guillermo. Gastón baja del auto y decide mejor comprar flores en la otra cuadra. Cuando está llegando la ve sentada en el cordón con un pie descalzo y riéndose.
- Mi amor, qué hacés acá? Te estaba por ir a sorprender.
Martina despega la vista del zapato que sostiene en la mano y mirándolo fijo le regala una amplia sonrisa.
- Qué suerte, no?

jueves, 17 de junio de 2010

in through the outdoor

quiero sentir más allá de mi piel, atravesar ese vacío entre tu mano y la mía aunque no me espere nada más que esto o aunque no me dejes. quiero encontrarte más allá de tus ojos y de lo que vos mismo no te animás a ser, ojalá te vieras como yo te veo, ojalá fueras como yo te quiero. yo sé que por más que me lo expliques nunca voy a distinguir la diferencia entre necedad y necesidad. qué paradójico es querer cambiarte siendo que me encanta esa necesidad de intentarlo, esa necedad de intentarlo. no me importa si me ves y no entendés cómo soy ni sabés las cosas terribles que pienso sobre vos por eso de que jamás se me dio la prudencia neuronal. estoy cansada de forzar el rompecabezas, de acumular piezas rotas. piezas rotas y camas vacías, cortinas descorridas, ventanas que dejan entrar la noche. no prendas la luz, la oscuridad está en nosotros.

miércoles, 16 de junio de 2010

life in plastic, it's fantastic?

Una lucha eterna entre vos y tu ego sin saber bien qué lugar ocupo yo en el medio. Así funciona. Tenés que demostrar cuánto me querés aunque lo sepa de memoria. Me pedís explicaciones de todo lo que hago y necesitás que todo el mundo se entere que soy tu propiedad. ¿Así funciona? Una Barbie sentadita en tu mesa y sonriendo para tus fotos, caminando de tu mano, ¿comiendo de tu mano?
Y un día te despertás y ves que la muñequita duerme al lado tuyo pero no abrazada a vos y por más que la beses su pulso no tiembla. Sigue siendo hermosa y plásticamente perfecta pero esos ojos ya no engañan a nadie. ¿El problema será que ella no puede mentir tan bien como antes, o que alguna vez lo hizo? Sos vos que elegiste creerle, y ella que hace tanto dejó de ser yo.

lunes, 14 de junio de 2010

setentista

no sé cuánto tiempo tenga para escribir esto, pero es necesario que lo haga. vienen por mi, estoy seguro. me apuro a destruir todo lo que me conecte con el resto, cartas, direcciones, teléfonos, nombres, fotos, todo debe desaparecer. es la única forma de salvarlos de lo que me espera, ellos tendrán su chance, ya es muy tarde para mi. escucho las pisadas apuradas subiendo las escaleras, son muchos y en cuestión de minutos van a llegar hasta el último departamento del último piso y a golpear hasta romper la cerradura. están tumbando cada puerta del edificio, lo siento vibrar en las paredes. entre los gritos de mis vecinos distingo sus voces repitiendo mi nombre. están cerca, no queda tiempo pero no puedo irme, no sin antes quemar hasta el último papel, excepto este en el que escribo lo que debo escribir, antes que sea demasiado tarde. están armados y me quieren sólo a mi, pero no les interesa acabar con vidas inocentes si les estorban. están en el piso de abajo, no tiene sentido escapar, veo por la ventana y están esperandome en esos autos, tienen la calle vigilada pero igualmente es muy alto para saltar. ya están acá, agitando los puños con violencia contra la puerta que es un nido de astillas a punto de ceder. ya no existe escondite que me salve, en cuanto entren van a llevarme y este pedazo de papel será la única evidencia de mi paso por esta vida. entre las maderas los veo, salvajes con uniforme preparados para envolverme con una capucha porque no pueden, no se atreven a mirarme a los ojos, porque yo no necesito como ellos ampararme en ninguna fuerza armada porque mi libertad no me la van a quitar llevandome preso, porque la única y verdadera cárcel es una conciencia contaminada con sangre.

domingo, 13 de junio de 2010

tic tac

El pelo crece, la flor pierde su perfume, las relaciones se terminan, las lágrimas se vuelcan a la risa, mis palabras se hacen tuyas, el viento se vuelve canción, los nombres se borran y quizás las caras, las cartas regresan al mazo y toca empezar a repartir. Mirar para adelante y sentir que depende de vos y a la vez te excede, que te llena de nada pero no tenés miedo. El tiempo te empuja y lo seguís por instinto, ves con los mismos ojos como aparecen nuevos contrastes, como nace la luz ahí donde antes había sombra, y detrás de cada luz esa mirada te persigue. Y vos que le decís a él o a ella que no es lo mismo si se va y que si no siguen a la par tu camino se bifurca. El tiempo te sigue apurando, el viento es melodía que te susurra frío al oído, tan simple, tan esencial. No tenés que cerrar los párpados sino abrir la cabeza y ver que lo que te preocupa tanto puede entrar en la palma de la mano, puede ser eso tan chiquito y ocuparlo todo, tu vida que cuelga de un hilo y saber quién es el dueño de las tijeras. Un vaivén de caras y de ojos que te miran como quien te mira para juzgarte, arqueando las cejas con insolencia porque sabe exactamente dónde te duele. Y son tu mejor espejo porque reflejan lo que no te animás a ver, tu constante negación, el Mr. Hyde sepultado por la poción mágica en largas noches de exceso de olvido. No es casual que te sepas observado, porque las cosas casuales en el fondo son planificación pura y lo absurdo es desandar el camino para convencerte que la casualidad vence a la causalidad, como leer el cuento y que al final los buenos le ganen a los malos y la manzana no esté envenenada.

viernes, 11 de junio de 2010

subterranean homesick blues



él sale de la facultad y espera en la esquina a que cambie el semáforo y piensa en ella.
ella se prepara para irse a dormir, apoya la cabeza en la almohada y se acuerda del perfume de él.
él le pide al kioskero un alfajor de chocolate y un atado de puchos, y se acuerda que ella no lo dejaba fumar.
ella se toma un café en el break de media mañana mientras juega con el anillo que él le regaló.
él se baja del colectivo y cree verla saliendo de una confitería, pero sabe que no es.
ella sale de su casa para el trabajo y planea ir a visitarlo más tarde pero se acuerda que no puede.
él mira el celular y ve su foto. ella piensa en llamarlo.
él piensa en atravesar todo el océano para escuchar su risa. ella desea nunca haberse subido a ese avión.
ella se para frente a una vidriera, él camina hacia su casa y se detiene frente a un negocio. él se ríe y ella al otro lado del mundo se ríe también.
él para ella y ella para él.

miércoles, 9 de junio de 2010

sin título II

abro los ojos y apago el despertador, pero sigo durmiendo un rato más. estoy tan cansada, pero no queda otra, con 10 kilos en cada párpado y a pesar del frío me levanto y me lavo la cara, desayuno, empiezo a funcionar. camino hasta la parada del colectivo sintiendo el peso del celular en la cartera, bailando entre el resto de los objetos. en cualquier momento puede sonar, estoy segura. basta que se encuentren millones de pequeñas ondas y decidan viajar juntas de antena en antena y aterrizar en mi telefonito y entonces empieza a sonar led zeppelin y eso es todo. juego con las monedas en el bolsillo y espero: el colectivo y no escuchar la voz de robert plant ni la voz del otro lado de la línea que trae malas noticias. me subo al 36 y me toca viajar parada mientras cuento los segundos que tardo y es tiempo de descuento, minutos con gusto a prestado. el viaje es corto y entonces el reloj se mueve porque sí, aunque le robe a la fatalidad pedacitos de vida para que igualmente haga sonar la música en cuanto me descuide, porque las malas noticias siempre llegan rápido, porque son inevitables, porque te estás yendo y te veo y te siento lejos y no te agarrás de mi mano y entonces caés y me dejás. estás acá pero de repente te veo en esa cama y casi no sos vos, agarrás mi mano pero te caés igual y de pronto me apretás los dedos, pero quién dice si esa no es tu despedida, quién dice que intentás aferrarte, hablarme, quién tiene derecho a decirme que estás pero no estás, que estás con vida pero te estás muriendo.

martes, 8 de junio de 2010

ahí pero dónde, cómo



Simplemente estoy aquí y dispuesto, Paco, escribiendo lo que una vez más hemos vivido juntos mientras yo dormía; si en algo puedo ayudarte es en saber que no sos solamente mi sueño que ahí pero dónde, cómo, que ahí estás vivo y sufriendo. De ese ahí no puedo decir nada, sino que se me da soñando y despierto, que es un ahí sin asidero; porque cuando te veo estoy durmiendo y no sé pensar, y cuando pienso estoy despierto pero sólo puedo pensar; imagen o idea son siempre ese ahí pero dónde, ese ahí pero cómo.


Julio Cortázar - Octaedro

lunes, 7 de junio de 2010

sin título

Si quiero pensar a mi manera, puedo ser la imagen reflejada y no la persona del otro lado, ver los detalles como fracciones de un todo y entenderte como el producto matemático de cada una de tus ideas. Puedo escucharte leyendo entre líneas y darme cuenta que elegís con tanto cuidado tus palabras, reirme de que seas tan absurdo o sólo porque sí, porque el viento me trae un perfume o por encontrar un caramelo en la cartera, porque algunos cerebros funcionan distinto y esa locura no se rige por ninguna de tus leyes.

domingo, 6 de junio de 2010

pequeño barbie ilustrado




VIOLENCIA es ser indiferente

ESPERANZA es no animarse

AMOR es dar lo que no tengo a alguien que no es (by Lacan)

PODER es conocer a tu enemigo

INTELIGENCIA es conocerse a uno mismo

BELLEZA es reir

LIBERTAD no es dejar la puerta abierta sino poder cerrarla

sábado, 5 de junio de 2010

panic show





La idea se le ocurrió de repente, con una chispa de calor recorriendo sus venas de pies a cabeza. Era tan simple. La inyección de adrenalina fue inmediata, era preciso estar en movimiento, entrar en acción. Salió como pudo y casi corrió el camino a su casa. Los objetos le estorbaban, decidió tumbarlos a su paso. Ya en su habitación se sintió a salvo, pero no dudó en girar la llave sus dos vueltas completas. Buscó debajo de la cama lo que tantas veces había buscado en los ojos de cualquiera. En sus manos parecía un elemento inofensivo, casi inútil, la luz que hacía tiempo le faltaba a su laberinto. De nuevo el chispazo le bailó en el cuerpo, ya no calor sino hielo. Arregló los pequeños detalles, la experiencia le había enseñado a no confiar en el azar. Se subió a la cama y observó todo desde la altura. Se colocó el collar y comenzó a ajustarlo como si se tratara de una ceremonia. Volvió a mirar alrededor, nada era diferente. Miró sus propias manos, temblaban pero no era miedo. Ajustó aún un poco más y se sintió como un artista a punto de entrar a escena. Sonrió a su público y sin esperar la ovación dio el primer y último paso.

miércoles, 2 de junio de 2010

everything under the sun is in tune, but the sun is eclipsed by the moon

Saliendo de Primera Junta, me agarra el semáforo en Rosario cuando el reloj marca las 13. Estoy llegando tarde, como siempre. Espero en la esquina mientras los colectivos pasan y cruzo los brazos, hace frío y siempre estoy en la vereda equivocada, seguro en la de enfrente hay un sol que raja la tierra.
Dicho y hecho, la gente del otro lado de la senda peatonal está bañada por una tenue luz amarilla, cálida. Entonces lo veo pero no entre las nubes allá arriba, el sol está ahí con la multitud amarillenta, esperando con ellos, como yo y como ellos pero mirándome como nadie, y no me equivocaba, raja la tierra.
Se rie y me rio, y el semáforo que tiene ganas de volverse rojo para obligarnos a acortar las distancias, a través del asfalto y entre la gente distraída que espera llegar al otro lado mientras a algunos nos alcanza con llegar a la mitad.
Se larga la carrera, la maraña de pies que dejan el cordón y mis pasos y los tuyos junto a los demás pero andando lo mismo que si no hubiera nadie. Y entonces el eclipse, vos sol y yo lo que sea que hay del otro lado, y el resto es nada, es ruido de fondo, actores secundarios. Los dedos que se rozan al pasar, colgando de los brazos que cuelgan de los cuerpos que casi se tocan y empiezan a alejarse, mirada con mirada y sonrisa con toda la boca. Un último giro, cabeza hacia atrás y es la despedida. Vuelta a la vida, a tus cosas, a las mias, a la gente que no se da cuenta de lo cerca que estuvo de presenciar un choque de planetas, el mundo que sigue girando porque eclipses como estos suceden todos los días como si nada. Y vos seguís y yo sigo, como si nada. O no.

martes, 1 de junio de 2010

charla de diván

Hola


- (!)


Hola


- (!!)


Hola, Barbie


- (!!!) quién habla?


Por qué no contestabas?


- Estaba asustada. Quién habla?


No te podés asustar de mi. Decime, cuando te ves al espejo también te asustas?


- Y...a veces. Sos mi Barbie interna?


Barbie interna? jajajajaja no digas pelotudeces, con una Barbie te alcanza y te sobra.


- (perfecto, escucho voces y encima me deliran) Ahh.. sos mi conciencia?


A ver y qué es la conciencia?


- (un concepto aburridísimo que me enseñaron en Salud Mental) Creo que la conciencia es como la voz de tu vieja que te habla desde adentro de la cabeza cuando te estás por mandar una cagada. No sé, es difícil de explicar.


Bueno, te ahorro trabajo: no soy tu conciencia.


- Sos algo mío?


Soy todo tuyo.


- Los demás te escuchan?


Sólo vos.


- Entonces callate.

lunes, 31 de mayo de 2010

Un poquito de algo

Escribo sin tener nada en mente. Nada en mente? Es posible tener nada en mente? Se puede pensar en nada? Sos vos el que piensa en nada o es la nada la que se piensa en vos?

Es lo mismo que acordarte de alguien y que aparezca su cara estática en el fondo de tus ojos, ahí donde sólo vos la ves. Estás pensando en algo concreto, en una persona de carne y hueso, pero cómo explicarselo a alguien que vive del otro lado de tus ojos, y cómo saber de qué lado estás en los ojos del otro? Te está mirando con los ojos de afuera o con los de adentro? Porque en los de adentro sos de otra manera, porque el recuerdo es atemporal. Entonces cuál mirada tiene más valor? Dónde está el límite, en el fondo o bien enfrente, ayer u hoy?

Siempre creí que cuando uno pensaba en nada en realidad tenía la mente como fija en una imagen, como una pantalla de cine en blanco.

Entonces corrijo: escribo teniendo en mente una pantalla gigante sin ninguna proyección.

Cut! Ok, from the top

Acá vamos de nuevo. Intento de blog, toma 2. Acción.

Tras recuperar la contraseña perdida - pobre palabra esdrújula tristemente sepultada por más de un año de inpronunciables vocabularios académicos, nombres y caras nuevas, pero sobretodo litros y litros de alcohol etílico - me encuentro nuevamente de cara a la pantalla de la B larga gorda, blanca y anaranjada con el firme propósito de hacer de este ejercicio una práctica constante. Constante por no decir ordenada, organizada, formal, seria ni ninguna de esas palabras cuya simple definición no se adapta a los parámetros de vida de quien las utiliza (por más que ella se esfuerce).

Como bien reza el subtítulo de este cuaderno de apuntes virtual e irremediablemente público que se hace llamar blog, no hay una razón que justifique la existencia de este espacio excepto que tengamos en cuenta que es básicamente lo único que sé hacer.. y que no tengo intenciones de ir al psicólogo para reemplazar estos métodos catárticos literarios.

Vuelvo a abrir la puertita que va directo a mi materia gris, que es como esas puertas de vidrio que nunca se sabe si tirar o empujar pero que definitivamente queremos cruzar porque nos tientan con las transparencias de lo que hay del otro lado. La abro y paso, total si lo de adentro es tan malo como lo de afuera al menos no me mojo si llueve. El último, que cierre.