¿Por qué? No sé. Es lo que me sale. Al fin y al cabo todos pensamos, algunos simplemente lo hacemos con palabras tan sórdidas y tan irreales como éstas, compuestas por millones de píxeles brillando en una pantalla. Y muchos pensarán que uno es un idealista, que escribe creyendo que va a cambiar el mundo. Y a lo mejor a alguno le vienen bien un par de millones de píxeles que se le escapan a esta cabeza...
domingo, 13 de junio de 2010
tic tac
El pelo crece, la flor pierde su perfume, las relaciones se terminan, las lágrimas se vuelcan a la risa, mis palabras se hacen tuyas, el viento se vuelve canción, los nombres se borran y quizás las caras, las cartas regresan al mazo y toca empezar a repartir. Mirar para adelante y sentir que depende de vos y a la vez te excede, que te llena de nada pero no tenés miedo. El tiempo te empuja y lo seguís por instinto, ves con los mismos ojos como aparecen nuevos contrastes, como nace la luz ahí donde antes había sombra, y detrás de cada luz esa mirada te persigue. Y vos que le decís a él o a ella que no es lo mismo si se va y que si no siguen a la par tu camino se bifurca. El tiempo te sigue apurando, el viento es melodía que te susurra frío al oído, tan simple, tan esencial. No tenés que cerrar los párpados sino abrir la cabeza y ver que lo que te preocupa tanto puede entrar en la palma de la mano, puede ser eso tan chiquito y ocuparlo todo, tu vida que cuelga de un hilo y saber quién es el dueño de las tijeras. Un vaivén de caras y de ojos que te miran como quien te mira para juzgarte, arqueando las cejas con insolencia porque sabe exactamente dónde te duele. Y son tu mejor espejo porque reflejan lo que no te animás a ver, tu constante negación, el Mr. Hyde sepultado por la poción mágica en largas noches de exceso de olvido. No es casual que te sepas observado, porque las cosas casuales en el fondo son planificación pura y lo absurdo es desandar el camino para convencerte que la casualidad vence a la causalidad, como leer el cuento y que al final los buenos le ganen a los malos y la manzana no esté envenenada.
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