martes, 20 de julio de 2010

pienso, luego existo?

¿si no puedo escribir no puedo estar bien, entonces no soy yo? ¿así es la relación, una ecuación en la cual sólo se resta? pero entonces, ¿quién soy? pensemos. quién soy en este momento. es una pregunta excelente, y como tal no encaja en ninguna respuesta de molde. si tengo el cerebro repleto pero la ventana por donde sale la locura está tapiada, ¿cómo filtra? porque es seguro que lo hace de alguna manera, aunque saberlo quizás no tenga ningún sentido. quizás seguir intentando presionar tecla tras tecla y sentir cómo se resisten sea lo que no tiene ningun sentido, después de todo ¿qué derecho tengo a obligarlas a hacer mi voluntad y formar estas palabras tan diluidas? al final se resume en la misma pregunta, quién soy si estas letras no quieren estar de mi lado, quién soy si no puedo escribir, si escribir me define y no escribiendo sigo existiendo, cómo justificar entonces que limpie mi consciencia de nubes haciendo algo que rápidamente puedo dejar de hacer, que se me escapa entre los dedos como los rayos de sol que atraviesan una cortina pesada. cómo justificar esta necesidad de justificarlo todo, de encuadrar cada pensamiento para organizar las cosas inorganizables de mi vida, producto del rechazo de las estructuras y una inevitable espontaneidad. entonces, tal vez, quizás, escribir no sea una manifestación obligada de millones de neuronas saturadas, un hobby, un placer ni simplemente algo que me sale. pero entonces, quien soy? ¿quien soy si no significa nada?

viernes, 16 de julio de 2010

parte II: cumpleaños feliz

Amanece casi sin querer y ve su arcoiris. Al fin descubre el camino que la lleva hasta el tesoro y todo empieza a cobrar sentido, encajando tan limpiamente como las partes de un rompecabezas. Busca en el primer cajón, se ve a si misma reflejada en el metal, sus ojos azules pálidos, ajenos, la boca fruncida en una mueca inescrutable. Cierra los ojos para volver a su sendero de colores, y entonces lo comprende al fin, la última pieza ocupa su lugar y la imagen está completa. Basta presionar tan sólo un poco y la piel cede, pero debe ir más profundo si quiere realmente vengarse. Un movimiento preciso, una pequeña burbuja y un plan perfectamente ejecutado. Desliza la hoja y al contacto con la piel la siente deliciosamente helada. Le parece irreal no haberse dado cuenta antes que esa era la forma más exquisita de arruinarle la vida de una vez y para siempre. Matarse para matarla, sonríe ante la sola idea, era a la vez tan trágico y tan brillante. No podía darle la satisfacción de seguir dominando su creación, tampoco ensuciarse las manos con sangre de su sangre. Por supuesto que no, sería demasiado fácil. No, su madre tenía que vivir. Debía caminar por este mundo hasta el último de sus días deseando haberse ido, sabiendo que habían sido sus propias uñas las que rasgaron aquella piel tan parecida a la suya.
El pulso acelera bajo el filo de su arcoiris mientras espera verla cruzar el umbral, queriendo que llegue, que la mire a la cara y aún así no pueda evitarlo. Ansía encontrar ese miedo, ver el instinto en esos ojos ahí donde siempre hubo nada. No puede contener las risas histéricas, el sudor frío, la emoción de estar preparándole una sorpresa que nunca hubiera imaginado. La puerta se abre y la sangre sale al encuentro de ese gesto confuso y ese grito ahogado que le roba una última sonrisa. La ve acercarse llena de horror, intentando traerla de vuelta a donde no pertenece. Quizás haya algo de ternura en la forma en que sostiene su cuerpo cada vez más débil. Quizás no haya tiempo de saberlo, quizás sea uno de esos regalos que no se pueden devolver.

miércoles, 14 de julio de 2010

parte I: close to the edge

Sentada en la cama con la cabeza agachada y los ojos apretados, espera que los gritos cesen y se anima a alzar la mirada. De pie a su lado, con la cara desencajada y de un rojo brillante, siente cómo la observa con mezcla de rabia y asco. Sin levantarse, se limita a tartamudear excusas torpes en su defensa y a disculparse absurdamente a la par que comienza otra ronda de insultos. La tormenta abandona la habitación con un fuerte portazo, otra gotea desde sus pestañas, bañando la alfombra.
Todos los días había algo, lo que fuera, el mínimo detalle provocaba un estallido. Con el tiempo había aprendido a controlarse, a no oponer resistencia y sobretodo a evitar los descuidos para ahorrarse las consecuencias, pero parecía nunca ser suficiente, cada vez era algo que había olvidado, un cabo suelto, una mecha lista para ser encendida.
Se seca la cara con una toalla y cepilla su largo pelo rubio las veces necesarias hasta que tiene el valor de salir por la puerta, decidida a enfrentarse al huracán en persona. Cuando lo hace, se siente menos heroica y más pequeña, no tiene palabras y opta como siempre por callar y obedecer, mañana será otro día y con suerte verá un poco el sol antes del temporal.
A la mañana siguiente y como es costumbre, todo se repite. Mira al suelo, espera que todo pase, espera olvidar para poder seguir, pensando que algún día va a poder irse de ahí, sabiendo que ese día está lejos y esa vida no es la suya. Se encierra en su cuarto y la lluvia en la habitación de al lado le empapa los oídos, lo poco que vale, lo mucho que le debe, lo poco que se esfuerza, lo mucho que le falta para ser alguien. Ser alguien… y ella que estaba segura de ser quien era. No entiende, no entiende nada y tampoco tiene ganas de entender, no tiene ganas de mirarla a la cara y enumerarle sus muchos errores. Es absurdo y a la vez inútil oponerse, imposible herirla sin herirse. Como una calle sin salida, como un laberinto del que no puede salir, cómo podría escaparse de quien le diera la vida, no había solución.
Se resigna por momentos y empieza a hilvanar sus excusas para formar un paraguas, pero el agua siempre se filtra. Tiene ganas de tener ganas, de encontrar su voz y hacerse oír aunque empeore las cosas. Ya no quiere vivir al límite, deseando escaparse, soñando despertar...

martes, 13 de julio de 2010

the man in black



Well, you wonder why i always dress in black,
why you never see bright colors on my back,
and why does my appearance seem to have a somber tone.
well, there's a reason for the things that i have on.
I wear the black for the poor and the beaten down,
livin' in the hopeless, hungry side of town,
i wear it for the prisoner who has long paid for his crime,
but is there because he's a victim of the times.
I wear the black for those who never read,
or listened to the words that jesus said,
about the road to happiness through love and charity,
why, you'd think he's talking straight to you and me.
Well, we're doin' mighty fine, i do suppose,
in our streak of lightnin' cars and fancy clothes,
but just so we're reminded of the ones who are held back,
up front there ought 'a be a man in black.
I wear it for the sick and lonely old,
for the reckless ones whose bad trip left them cold,
i wear the black in mournin' for the lives that could have been, each week we lose a hundred fine young men. And, i wear it for the thousands who have died, believen' that the lord was on their side, i wear it for another hundred thousand who have died, believen' that we all were on their side. Well, there's things that never will be right i know, and things need changin' everywhere you go, but 'til we start to make a move to make a few things right, you'll never see me wear a suit of white. Ah, i'd love to wear a rainbow every day, and tell the world that everything's ok, but i'll try to carry off a little darkness on my back, 'till things are brighter, i'm the man in black

sábado, 10 de julio de 2010

you may say I'm a dreamer..



imaginate por un segundo ser capaz de ver al mismo tiempo las dos caras de una moneda. imaginá que alguien camina a tu lado sin mirarte, sonriendo hacia la nada pero transmitiéndote su felicidad. imaginá tomar su mano, imaginá que está fría pero no te hace temblar. imaginate que en ese segundo sos capaz de comprenderlo todo, como en una especie de epifanía, una inexplicable sensación de estar en paz con el pasado, en sintonía con el presente y en control del futuro. imaginá también que en ese instante sos capaz de no sentir miedo, de no depender de tus limitaciones. sos vos en tu pura esencia, sos más vos que nunca y sabés perfectamente lo que querés y lo que no. ahora imaginate que salís de ese ensueño, que te despertás con la mente ardiendo de ganas de empezar a cambiar tu realidad, de dejar de ser la cara detrás de las máscaras. imaginá entender exactamente qué necesitás; extender los dedos y encontrar esa mano, imaginate que es suave y cálida pero aún así temblás, como una llama encendida contra el viento. ahora imaginá que dejás de imaginarlo, imaginá que querés que sea verdad. it's easy if you try.

miércoles, 7 de julio de 2010

7/7

Qué suerte que llueve, porque no puedo llorar.
Y hoy está lloviendo aunque nadie se de cuenta, porque hoy era tu cumpleaños.

martes, 6 de julio de 2010

how to disappear completely



vuelvo nuevamente tras días de intentos infructuosos de unir palabras para obtener una oración decente. vuelvo a forzar la tinta electrónica para no abandonar el ejercicio exasperante de escribir lo que tengo en la cabeza pretendiendo conceptualizar la locura y moldearla en letras. vuelvo a quitarme el peso de una mente sobrecargada y una sangre helada porque sí, decodificando la frecuencia de un corazón racionalizado. vuelvo a pensar en lo que no debo, vuelvo a verte donde no estás o a estar donde no te veo. vuelvo porque no puedo irme para siempre. vuelvo porque no te extraño, porque sé que es horrible, porque sé que no puedo, porque pienso demasiado, porque hablo porque sí, porque no significás nada y merezco que me odies. vuelvo porque no me odiás y no lo entiendo. vuelvo porque no puedo irme para siempre, porque los que se fueron ya no están y el tiempo corre lo mismo, todo se olvida, vos me vas a olvidar también, vas a olvidar que fuiste nadie, vas a olvidar todo lo que pretendías y que nunca fui, voy a olvidar que no sos suficiente, voy a olvidarme de odiarte y vas a volver. a estar adonde pueda verte, a ser nadie, a exigirme, a caer ante el mismo obstáculo. voy a volver a irme, a congelarme, a saber que no puedo, que no te merezco, que no soy suficiente, que sos nadie porque hablo demasiado, porque pienso porque sí.