Acá vamos de nuevo. Intento de blog, toma 2. Acción.
Tras recuperar la contraseña perdida - pobre palabra esdrújula tristemente sepultada por más de un año de inpronunciables vocabularios académicos, nombres y caras nuevas, pero sobretodo litros y litros de alcohol etílico - me encuentro nuevamente de cara a la pantalla de la B larga gorda, blanca y anaranjada con el firme propósito de hacer de este ejercicio una práctica constante. Constante por no decir ordenada, organizada, formal, seria ni ninguna de esas palabras cuya simple definición no se adapta a los parámetros de vida de quien las utiliza (por más que ella se esfuerce).
Como bien reza el subtítulo de este cuaderno de apuntes virtual e irremediablemente público que se hace llamar blog, no hay una razón que justifique la existencia de este espacio excepto que tengamos en cuenta que es básicamente lo único que sé hacer.. y que no tengo intenciones de ir al psicólogo para reemplazar estos métodos catárticos literarios.
Vuelvo a abrir la puertita que va directo a mi materia gris, que es como esas puertas de vidrio que nunca se sabe si tirar o empujar pero que definitivamente queremos cruzar porque nos tientan con las transparencias de lo que hay del otro lado. La abro y paso, total si lo de adentro es tan malo como lo de afuera al menos no me mojo si llueve. El último, que cierre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
aleteos